Materia: Economía Internacional
Quinodoz-Pinat, Carlos María
En diciembre de 1994 México devaluó su moneda y el dólar se disparó en aquél país, lo cual dificultó el pago de los bonos de su deuda. Esto generó una oleada de desconfianza ineluctable hacia aquél país por parte de los inversores. Muy pronto toda la región, y también el mundo, se vieron afectados por la “crisis del tequila”. En América Latina la confianza que los mercados habían depositado en los “mercados emergentes” pronto se derrumbó. Uno de los países particularmente afectados por la crisis fue Argentina. Sus causas estuvieron tanto en el exterior (devaluación de la moneda mexicana) como en el interior (desconfianza de la continuidad del plan de reformas económicas y una intensa sequía que afectó la producción durante el segundo semestre de 1995). El PIB incluso se redujo alrededor de un 4,4%[1].
Los servicios continuaron mostrándose deficitarios, en 1995 ese déficit alcanzó los 3.436 millones de dólares, cifra similar a las del bienio anterior. La enorme revalorización del peso frente al dólar seguramente jugó un papel preponderante al hacer más baratos los servicios del extranjero, altos en calidad y tecnología, frente a las empresas locales que brindaban servicios parecidos. Las empresas del exterior supieron sacar provecho de la desregulación que habían sufrido los servicios en el país a partir del principio de aquella década. Además, es importante recordar que por esos años Internet y los servicios a asociados a ella estaban dando sus primeros pasos en el país y las empresas extranjeras contaban con tecnología de punta y precios relativamente bajos para el peso convertible.
Las Rentas, por su parte, alcanzaron la cifra de -4.622 millones de dólares. La Renta de la inversión quedó en – 4.635 millones de dólares. Los Intereses se acumularon en -2.541 millones de dólares, mientras las Utilidades y Dividendos cerraron 1995 con una acumulación de -2.094 millones de dólares. Es apreciable como aquí tuvo un impacto considerable la crisis del tequila, haciendo que las inversiones se retiraran de los llamados “mercados emergentes”. La percepción que tenían los agentes económicos sobre países emergentes hizo que se observara a la Argentina como similar a México. Este efecto contagio de la crisis mexicana (con una suba del riesgo país, la declinación del valor de las acciones, menor afluencia de capitales) sumado a la percepción de la sobrevaluación del tipo de cambio y las preocupaciones por el déficit fiscal tuvieron serias consecuencias en la confianza que podía brindar el país para la inversión en él. Por otra parte, las transferencias corrientes alcanzaron los 597 millones de dólares. Durante el primer trimestre de ese año el sistema financiero argentino sufrió la pérdida de un quinto de los depósitos[5]. “La Inversión Bruta Interna Fija (IBIF) medida a valores constantes (precios de 1986), muestran una reducción del 15,9% durante 1995 respecto al año anterior. Esta retracción es la resultante de una caída del 11,1% en construcción y del 20,7% en maquinaria y equipo”[6].
Una década después, crisis del 2001 mediante, la Argentina , recuperada en gran medida de la crisis en la que se había visto sumida, retornó al crecimiento. Si bien una parte de la reactivación tuvo como apoyo el consumo interno, la otra pata de la recuperación estuvo puesta en la balanza comercial primaria superavitaria. La Cuenta Corriente del período 2005 ascendió a 5.265 millones de dólares, con un volumen importante de dólares en términos de mercancías exportadas (40.387 millones), frente a una cifra de 27.300 millones en concepto de importaciones. El tamaño de la cifra correspondiente a las exportaciones estuvo dado, en gran proporción, por la explosión de los precios de las materias primas, sobre todo los correspondientes a los granos, pero las MOI también tuvieron un desempeño digno de ser celebrado[7]. El aumento de las importaciones, un poco más de un 30% que la correspondiente al período del año 1995, también es signo de vitalidad económica del período 2005, más aún teniendo en cuenta que desde el año 2002 la moneda nacional ya no era convertible a dólar en los términos del modelo de los años noventa, encareciendo las mismas.
Los servicios también sintieron el efecto post-devaluación, evidentemente ella hizo atractiva la adquisición de servicios nacionales (capitalizados durante la década pasada) para el extranjero. La cifra estimada de exportaciones de servicios es de 6.637 millones de dólares, es decir, aproximadamente un 40% superior a las exportaciones de 1995. Las cifras correspondientes a las importaciones de servicios se mantuvieron parejas si se las compara con 1995 (inclusive con casi todo el resto de los períodos), su variación fue de 337 millones de dólares. Así mismo, el déficit de la sub-cuenta Servicios persistió a lo largo de la década que une a 1995-2005.
La sub-cuenta Renta tuvo un saldo negativo, -7.304 millones de dólares, que mantuvo la tendencia que venía trayendo desde la salida de la convertibilidad (con excepción de 2004)[8]. La Renta de Inversión fue de -7.253 millones de dólares, y la sub-cuenta Otras Rentas fue de -51 millones de dólares. Mientras que los Intereses llegaron a un número estimado en -3.358 millones de dólares, poco más del 30% que el período de 1995. Comportamiento similar tuvo Utilidades y Dividendos, que en 2005 significó una cifra aproximada en millones de dólares de -3.895, casi un 45% por sobre la estimada para la misma sub-cuenta en 1995[9].
Las Transferencias Corrientes fueron, de forma estimativa, de 484 millones de dólares para el año 2005.
Diez años después de la crisis del tequila, el sector externo de la República Argentina logró recuperarse con un superávit comercial continuo desde 2002, crecimiento sostenido y balanza favorable. Claro que muy distintas son las condiciones macroeconómicas, tanto nacionales como globales, que representan las Cuentas Corrientes de ambos períodos, 1995-2005. Por estas horas el país se enfrenta a la crisis financiera más grande de las últimas décadas, se tendrá que ver que acciones toma el Estado para que esta “crisis del jazz” no tenga efectos nefastos sobre la economía, sobre todo en sectores tan sensibles como el empleo. Será, de seguro, la prueba más difícil que deberá atravesar el modelo surgido de las crisis del modelo que sucumbió en 2001. Por el bien de todos es deseable que nuestros gobernantes (los del globo entero) hayan aprendido de las crisis anteriores, estén a la altura de las circunstancias y obren en consecuencia.
[1] Informe del Ministerio de Economía y Producción, “La Economía Argentina en 1995” , http://www.mecon.gov.ar/informe/infor16/introduc.htm
[2] La economía argentina entró en recesión entre el segundo y cuarto trimestre del año 1995, según Informe del Ministerio de Economía y Producción, “La Economía Argentina en 1995” , Ibíd.
[3] Ibíd..
[4] Esto se debió en gran medida a un espectacular crecimiento que tuvo el sector de agro-alimentos a partir del año 1995. Dicho crecimiento fue de aproximadamente un 20%, y la tendencia hacia la alza continuó hasta 1998, cuando se empieza a dar una fuerte desaceleración del 12% anual. Estefanel, Mateu y Raposo, “Exportaciones agroalimentarias argentinas en los 90`s”, Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura , http://www.iica.int/Esp/regiones/sur/argentina/Documentos%20de%20la%20Oficina/Exportaciones-agroalimenarias-Argentinas.pdf
[5] Informe del Ministerio de Economía y Producción, “La Economía Argentina en 1995” , Op. Cit.
[6] Ibíd.
[7] El récord de exportaciones de 2005 fue consecuencia de un crecimiento del 16% de las mismas a lo largo del año, de los cuales 11 puntos porcentuales corresponden a incrementos en las cantidades colocadas. El análisis por rubro indica que la mayor variación interanual fue la de las exportaciones de Manufacturas de Origen Industrial, con aumentos de casi el 25% en el año. Adicionalmente, el récord de cosecha permitió que los Productos Primarios crecieran algo más de 15%. Informe del Ministerio de Economía y Producción, http://www.mecon.gov.ar/peconomica/informe/informe54/introduccion.pdf
[8] En la cuenta de Rentas, destaca el menor pago de intereses observado gracias a la reestructuración de la deuda. Informe del Ministerio de Economía y Producción, Ibíd.
[9] También se debe resaltar el comportamiento de la cuenta Utilidades y Dividendos que durante 2004-2005 ha acumulado 4.752 millones de dólares, cambiando claramente su comportamiento si se lo compara con los años 2002-2003. Informe del Ministerio de Economía y Producción, http://www.mecon.gov.ar/peconomica/informe/informe54/introduccion.pdf
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